Cuaderno de viaje de Bolivia, América del Sur.
Primera etapa: Santa Cruz de la Sierra
El domingo 12 de junio de 2022, el autor emprendió un viaje de tres semanas a Bolivia, en Sudamérica. La primera parada fue la ciudad amazónica de Santa Cruz de la Sierra, en el departamento del mismo nombre.
Primero tomamos el tren de Constanza a Zúrich/Aeropuerto. Desde allí en avión en 2 h hasta Madrid. Desde Madrid, un vuelo directo con una duración de 11 h hasta Santa Cruz/Bolivia.
El lunes 13 de junio por la mañana aterricé puntualmente en el aeropuerto Viru-Viru de Santa Cruz a las 4.45 horas, animado y sin jetlag. Un servicio de transporte me llevó al hotel en unos 20 minutos, donde me relajé y descansé del largo viaje. En total, estuve en la carretera de puerta a puerta durante 27 horas.
La entrada fue relajada y sin problemas. Mostré mi prueba Covid 19 negativa en mi teléfono móvil, que el joven inspector no pudo utilizar directamente debido al idioma alemán. Me hicieron pasar sin problemas. Luego me hicieron una foto en la aduana y entregué los formularios de entrada, que tuvimos que rellenar en el avión.
En el mapa se puede ver el país sin litoral (sin acceso al mar) Bolivia. (Marcada en rojo está mi primera estación Santa Cruz) En la parte superior izquierda está Perú, debajo está el país andino Chile. A la derecha de Bolivia está Brasil, y debajo Paraguay. Argentina está en la parte inferior del mapa.
Bolivia tiene una gran variedad de altitudes y paisajes, así como de zonas climáticas. Aunque Bolivia se encuentra en su totalidad en latitudes tropicales, las condiciones climáticas varían enormemente debido a las diferentes altitudes.
Desde la selva tropical con su clima cálido y húmedo, hasta los picos nevados de los Andes de más de 6000 m y el clima polar, se pueden recoger muchas impresiones en un viaje por Bolivia.
Aunque Bolivia atrae cada vez más a los viajeros, la gran afluencia de veraneantes sigue ausente. Por ello, Bolivia es un verdadero consejo de iniciados y un destino ideal para aquellos que no quieren chocar constantemente con otros visitantes. Este hecho hace que Bolivia sea aún más deseable. Al fin y al cabo, todavía se puede experimentar la cultura indígena de América Latina de una manera muy original.
Santa Cruz está situada a unos 430 m de altitud, la misma que mi ciudad natal, Radolfzell. Se reúnen diferentes culturas del altiplano en el oeste, la cultura amazónica en el norte y el este y la cultura guaraní en el este.
La región de la ciudad separa la selva tropical en el norte de la zona seca de la cuenca del Plata en el sur. Santa Cruz de la Sierra es el centro económico de la inmensa pampa del sureste de Bolivia. Es a la vez la ciudad más moderna y grande de Bolivia (aproximadamente 1,5 millones de habitantes) y una de las que más crece en América Latina. La animada metrópolis aspira a convertirse en el centro del continente.
La forma más fácil de desplazarse por la ciudad es el autobús. Por 2 BS (2 bolivianos = aprox. 20 céntimos) puedes recorrer toda la ciudad. Sólo tienes que pararte en algún lugar de la calle y saludar al conductor con la línea de autobús correspondiente si quieres viajar. Se detiene y te deja subir. Con una señal de mano, el conductor te deja bajar donde quieras. No hay paradas de autobús. Todo es muy sencillo. Las carreteras, especialmente las rotondas, están muy transitadas. Un número increíble de coches y otros vehículos se cuelan en el círculo. No hay carriles designados. No había visto ni un solo accidente en las 3 semanas. Para los conductores alemanes, es una pesadilla.
Excursión al Parque de Lomas de Arenas
El miércoles, 15 de junio, me dirigí a Lomos de Arena con mi chófer Henry, que había sido contratado por el director del hotel. Se trata de dunas de 50 m de altura, a 15 km al sur de Santa Cruz, que uno esperaría encontrar más bien en el Sahara que aquí. Había contratado a Henry y su coche para todo el día. Lo había ofrecido por voluntad propia. Nos dirigimos a las afueras del sur de la ciudad. En algún momento ya no hay carreteras asfaltadas aquí, las carreteras asfaltadas se convierten entonces en polvorientos caminos de tierra con temibles baches y muchas piedras. Pasar por aquí con un coche de carretera normal es un gran arte de conducción o simplemente ignorar todos los obstáculos según el lema "¡Cierra los ojos y pasa!
Cuando llegamos al parque y compramos nuestras entradas, me permitieron ir al volante. Ciertamente no soy un mal conductor, con experiencia relevante en la persecución de "malos" durante mi tiempo en el servicio policial. Pero en algún momento el "camino de arena firme" se convirtió en arena profunda en la que nos atascamos sin piedad. Todos los intentos de salir de alguna manera con la ayuda de felpudos, listones de madera, etc., lo que encontramos, fueron infructuosos. Los neumáticos del coche también estaban totalmente desgastados, como pude comprobar fácilmente. Eran slicks para la Fórmula 1, pero aquí se necesitaría un vehículo todoterreno con tracción total...
Al parecer, mi querido Henry había sobrestimado ligeramente las capacidades de su vehículo. ¿Y ahora qué, preguntó Zeus a los dioses? Continuamos a pie y en algún momento, horas después, llegamos al rancho con trabajadores del parque. Aquí Henry organizó la ayuda, o más bien un vehículo todoterreno Toyota, que luego nos sacó con la cuerda de remolque. Sólo tenían tiempo para nosotros más tarde, así que aún tuvimos tiempo de ver las dunas.
De camino a casa, a Santa Cruz. Como es invierno aquí en Sudamérica, oscurece ya alrededor de las 18.00h. Después de esta auténtica "Aventura", me alegré de volver al hotel. Para la cena, me deleité con una gorda hamburguesa con patatas fritas e interesantes salsas en el restaurante del hotel. Todo esto y toda la arena y el polvo fueron bien regados con la mejor cerveza boliviana, la Paceña.
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